Cambiando paradigmas: salud digital y políticas públicas para no dejar a nadie atrás


Hace ya unos años que el concepto de “salud digital” resuena entre profesionales del sistema sanitario y la sociedad en general. Sin embargo, esta idea tomó fuerza y se materializó, en parte, a partir de la pandemia causada por el SARS-CoV-2. 

A la hora de evaluar los escasos aspectos positivos que puede tener toda pandemia, encontramos uno que se destaca; es que el COVID-19 se volvió un catalizador de cambios e impulsó una transformación necesaria: la digitalización de la salud.

Pero, ¿qué es la “salud digital”?
Existen innumerables definiciones. En un sentido amplio, podemos decir que se trata del campo del conocimiento y la práctica de la medicina relacionados con el desarrollo y la utilización de las tecnologías digitales para mejorar la salud. La salud digital comprende plataformas digitales, big data, la nube, redes, avances científicos (inteligencia artificial, medicina de precisión, apps móviles, robótica, etc.).

La consolidación del área de Salud Digital fue una de las metas asumidas por la cartera sanitaria nacional, en general, y de la Dirección Nacional de Integración de las Coberturas dependiente de la Subsecretaría de Integración de los Sistemas y Atención Primaria de la Secretaría de Equidad en Salud, en particular, desde una perspectiva que coincide con las palabras de la Dra. Carissa F. Etienne, Directora de la Organización Panamericana de la Salud, en tanto: “… dar una nueva mirada a la salud pública, mucho más holística e inclusiva, que considere nuevos factores críticos para el éxito de intervenciones, como la conectividad, el ancho de banda, la interoperabilidad y la inteligencia artificial, entre otros. Este enfoque renovado también debe considerar las desigualdades en la era digital para garantizar que la brecha digital no amplíe las brechas en las desigualdades sanitarias”. 

De esta manera, por medio del diseño de políticas públicas buscamos dar respuestas a esta demanda latente de la sociedad con el objetivo de generar una influencia positiva en sus vidas. 

Sin embargo, en este accionar nos encontramos con un problema, que es la fragmentación del sistema, lo que implica limitaciones estructurales y desaprovechamiento de oportunidades para mejorar su funcionamiento. 

Esta fragmentación se traduce en: superposición de coberturas, deficiencia en recupero de costos, subsidios cruzados, planes de beneficios disonantes, falta de datos unificados y un órgano rector, como el Ministerio de Salud nacional, sin mecanismos ni herramientas de decisión suficientes. 

La consolidación del área de Salud Digital fue una de las metas asumidas por la cartera sanitaria nacional
Hoy el sistema sanitario argentino está subdividido en tres subsectores: público, seguridad social y privado, que a su vez pertenecen a la Nación, a las provincias o a los municipios, lo cual lo atomiza en nueve posibles orígenes de información sanitaria a consolidar. 

Entonces, para nosotros, se vuelve una meta desafiante la recolección y normalización de datos de los distintos establecimientos y la conformación de un reservorio nacional para que, desde el procesamiento de estos datos, se pueda gestionar y tomar decisiones eficientes y eficaces en los distintos niveles. 

Cabe aquí destacar que, conforme el proyecto en el que estamos trabajando, prevemos que la información contenida en ese reservorio nacional podrá integrarse de acuerdo con los niveles de acceso en el orden jerárquico de su constitución: jurisdicción, zona sanitaria, localidad, establecimiento sanitario, subsistema de salud, servicio, programa, profesional, tipo de prestación, código de prestación, fecha, paciente, cantidades, y ser accesible a través de tableros Web de consulta permanente, que permitan a las autoridades de todos niveles gestionar de manera tal que se logren las mejores decisiones tendientes a garantizar el derecho a la salud de todos y todas los habitantes de la Nación.

Si hasta hace un tiempo la palabra “Telemedicina” era asociada a la ciencia ficción, con el “aislamiento social preventivo y obligatorio”, medida de cuidado adoptada durante la Pandemia, se volvió clave para sostener la atención médica. 

En este contexto, uno de nuestros mayores logros consistió en incorporar a la Plataforma Federal de Telesalud la posibilidad de realizar consultas de primera opinión sincrónicas. Esto es la consulta entre el profesional médico y el paciente, mediada por las tecnologías de la Información y Comunicación, en el momento, sin diferimientos, en el marco de medios ciberseguros que garantizan la confidencialidad de los datos sanitarios del paciente y aseguran la identidad de ambas partes.

Hasta ese momento, la Red Federal de Telesalud tenía preponderancia en el mundo de la pediatría, liderado por la primera Oficina de Comunicación a Distancia del Hospital Garrahan (creada ya hace 25 años); y, con el advenimiento de la Pandemia se sumó el mundo del adulto, en principio, con el programa TeleCovid.

Asimismo, se verificó un incremento exponencial del número de establecimientos que forman parte de la Red Federal de Telesalud, que pasaron de 375 en marzo de 2020 a 1122 en diciembre de 2021, principalmente, del sistema público de distintos niveles de complejidad. 

De los establecimientos, distribuidos en las 24 jurisdicciones del país, el 30% se encuentra en zonas rurales, por lo que su incorporación a la Red favorece el acceso a servicios de salud especializados a estos sectores vulnerables. 

Estas herramientas digitales ayudan a promocionar la salud, prevenir y tratar la enfermedad

Ante un mundo en constante transformación y el amplio universo de posibilidades al que nos habilitan las nuevas tecnologías, nos propusimos también una evolución de la existente plataforma de Telesalud, creada en sus comienzos para consultas de segunda opinión y derivaciones, a una plataforma virtual que permita la atención integral de pacientes en modalidad presencial o remota por parte de los equipos de salud en toda su dimensión, que denominaremos “Hospital Digital”.

Este permitirá la adhesión de todos los establecimientos a través de la conectividad, de manera tal que se constituirá en una herramienta promotora y normalizadora de la atención primaria y secundaria de la salud, a la vez que alimentará de manera automática el reservorio planteado más arriba. 

Para ello, y de manera paralela, teniendo presente la “gran barrera” que resulta la falta de conectividad en muchos lugares de nuestro suelo, se proyectó un convenio interadministrativo con la empresa ARSAT, el cual resulta clave dado que su objetivo consiste en brindar soporte, conectividad e infraestructura tecnológica para la atención de la salud en todo el territorio nacional. 

Este proyecto de conectividad satelital en Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) cuenta con la adhesión de 19 provincias, lo que significa que entre 2021 y 2022 se conectarán más de 2000 efectores, teniendo como horizonte el acceso y desarrollo equitativo de la Salud Digital y la Telemedicina en la República Argentina. 

Una última línea de trabajo más para mencionar, en este proceso de digitalización sanitaria, es el desarrollo de una APP que llamaremos: VISITAR.  El objetivo principal es la nominalización y georreferenciación con alto grado de automatismo y facilidad para los gestores de salud. Es una nueva política de Estado para la construcción de la APS en el nuevo territorio digital, con descentralización federal de obtención de datos y centralización nacional de recolección y procesamiento seguro.

Esta política pública de Salud Digital, que ha de incorporar herramientas para achicar brechas, distancias, llevar salud y equidad, sin dudas deberá ser acompañada por una fuerte formación de los recursos humanos que han de utilizarlas y sensibilización a todas las personas que harán uso de ellas.

Somos ricos en datos, pero pobres en información, y es por ello que debemos trabajar en la normalización e integración de esos datos de los tres subsectores (público, seguridad social y privado), los que, aplicándoles inteligencia artificial, servirán para la realización de las políticas públicas y la toma de decisiones por parte de la autoridad sanitaria nacional en el ejercicio de su rol de rectoría de la salud.

Todo forma parte de la “Gestión del cambio”. Cambio en los profesionales y en los pacientes, cambio de paradigma en el modelo de atención sanitaria. Y ello se gestiona siempre entendiendo que estas herramientas complementan y hacen más fácil el acceso, aunque no reemplazan a las personas, sino que nos ayudan a promocionar la salud, prevenir y tratar la enfermedad. Una nueva inversión para tener más y mejor salud en la Argentina.


Javier Alejandro Turienzo

Contador Público y Director Nacional de Integración de Coberturas del Ministerio de Salud de la Nación