El rol de nuestra profesión, como Contadores Públicos, Licenciados en Administración, Licenciados en Economía y Actuarios, se basa hoy en el aporte estratégico y la interpretación de la información que las nuevas tecnologías producen en gran escala, poniendo el foco en la toma de decisiones y en el cumplimiento de las normativas que establecen las autoridades regulatorias.
Dentro de este esquema se enmarca el gran desafío que tenemos los matriculados frente al pujante desarrollo que tiene la industria de las criptomonedas, tema de esta nueva edición de la revista Consejo Digital. Es válido preguntarnos qué tenemos que ver con este mundo nuevo que se abre. Respondemos: mucho.
Nos gusta dejar en claro que somos un aliado fundamental de cualquier organización, ya que ningún emprendimiento ni negocio puede crecer sin el asesoramiento de un profesional en Ciencias Económicas. Por eso consideramos nuestro trabajo como una inversión y no un costo porque estamos para acompañar, asesorar y hacer que las organizaciones crezcan.
Los cambios digitales aportan nuevos negocios donde el rol del profesional es clave. Puntualmente, somos los principales asesores de las empresas y muchas de las compañías son de base tecnológica.
Esta realidad exige una formación profesional constante. Debemos seguir capacitándonos permanentemente. Esto es así, ya que el proceso de aprendizaje se retroalimenta ante los continuos cambios. Los nuevos desafíos son permanentes y nos obligan a estar a su altura para brindar un servicio de calidad y excelencia.
En esta búsqueda permanente tenemos que ser creativos, innovadores, y estar atentos y abiertos a las oportunidades que surgen ante los avances tecnológicos. La tecnología tiene que ser vista como una aliada estratégica de nuestro servicio profesional.
Sin embargo, hay que tener muy presente que nuestro trabajo como profesionales en Ciencias Económicas excede lo que es el manejo de las herramientas tecnológicas. Nuestra tarea tiene que ver con los conocimientos técnicos y académicos que sirven de sustento a la tecnología. Ese es el cambio de paradigma al que debemos llevar nuestras profesiones.
Los desafíos que enfrentan los profesionales en Ciencias Económicas hoy en día son tan grandes como atractivos. Si crisis es oportunidad, la Argentina es el país de las oportunidades.
Vivimos inmersos en una realidad política y económica que no da respiro. Nuestro sistema tributario es complejo, ya que cuenta con más de 170 impuestos y 70 mil normas que cambian constantemente. A esta realidad local se le suman un fenómeno mundial de avance tecnológico arrollador, el crecimiento exponencial del uso de la inteligencia artificial y la consiguiente automatización de tareas.
Así, lejos de sentir temor, es bueno tener en cuenta que cada situación económica adversa, cada cambio en la regulación, cada avance tecnológico, cada descubrimiento o desarrollo generan nuevas oportunidades. Esto es así, ya que surgen nuevas necesidades, nuevos productos, nuevos servicios y nuevos desafíos.
Debemos apuntar a lograr una alianza estratégica con la tecnología y adaptarnos a los cambios continuos. Los espacios que van surgiendo ante los nuevos desarrollos de la ciencia y la tecnología deben ser ocupados por los profesionales en Ciencias Económicas. De lo contrario, estas oportunidades laborales serán aprovechadas por profesionales de otras áreas.
La pandemia se presentó como un gran desafío. Desde el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires así lo entendimos y respondimos con una rápida transformación digital de los servicios que más utiliza nuestra matrícula.
Además, redoblamos la apuesta en el plano académico, incorporando nuevas propuestas de calidad, gratuitas y de constante actualización para que los profesionales puedan desarrollar sus tareas contando con la mejor información. Solo alguien que se actualiza todo el tiempo puede brindar asesoramiento y la ayuda necesaria a quienes los requieran.
Es importante que el profesional se adapte diariamente, ya que la tecnología es crucial y es imposible pensar nuestro trabajo sin herramientas tecnológicas. La profesión y la tecnología van de la mano y tenemos que prepararnos para este presente y el futuro profesional.
Los desafíos son muchos. Las oportunidades, también. Trabajemos juntos para hacer crecer nuestros horizontes. El futuro de la profesión ya es el presente.