No parece cierto pero en el siglo XXI seguimos hablando de brechas de género. ¿Qué significa esto? Que todavía existen diferencias en una gran cantidad de variables, como el ingreso, el acceso a puestos de liderazgo, la probabilidad de conseguir un trabajo, solo por el hecho de ser mujer.
Por ejemplo, la brecha laboral se da cuando un hombre y una mujer con igual cargo, formación profesional y experiencia laboral perciben salarios distintos. Aunque parezca una situación del siglo pasado, es algo que sigue sucediendo en la actualidad. En la Argentina, el ingreso medio de los hombres es de $48.570, mientras que el de las mujeres es de solo $36.123, más de un 30% menos.
En el caso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el 50% de las mujeres pertenece a los quintiles 1 y 2, es decir, a la población de menor ingreso. A su vez, el 57% de ellas tiene trabajos precarizados. Estas diferencias también se observan en la posibilidad de dirigir una empresa. Solo el 26% de las autoridades de sociedades comerciales son mujeres.
Todo lo relacionado con la tecnología sigue siendo un terreno masculino
Sumado a esto, según el último informe de PWC, llevado a cabo a través de la Iniciativa Público Privada del Gobierno de la Ciudad, la brecha salarial de género del año 2020 es de 20%, y la mayor brecha se encuentra entre los 30 y 40 años, con un 23,49%. Parte de esta brecha se puede explicar porque la presencia de mujeres es mayor en los cargos más bajos (55%) y disminuye hacia los cargos directivos (32%), donde se encuentra la mayor diferencia. Un tema no menor es que, a mayor nivel educativo, la brecha es mayor. Si bien el acceso a la educación de ambos géneros es bastante similar, seguimos teniendo estas diferencias en el ámbito laboral.
Esta situación empeoró con la pandemia que nos golpeó en 2020, pues dejó al descubierto un entramado complejo de corresponsabilidades, muchas veces, inexistentes. Una de las consecuencias del Coronavirus es que la presencia de mujeres en los puestos de trabajo se ha visto condicionada, traduciéndose en desempleo y trabajos part time para poder seguir adelante con los cuidados de la familia y la casa. No es la primera vez que vemos este tipo de cuestiones, ya que la maternidad es otro claro ejemplo. En CABA, las mujeres dedican un promedio de 5 horas diarias a tareas de cuidado, dos horas más que los hombres.
Dicho esto, la Economía del Conocimiento no es una excepción a la regla, ya que todo lo relacionado con la tecnología sigue siendo un terreno masculino. Ahora bien, ¿qué entendemos por este tipo de economía? Son aquellas actividades productivas que utilizan los avances de la ciencia y la tecnología para generar valor y nuevos productos o servicios. Esto incluye sectores, como software, biotecnología, audiovisual, nanotecnología y fabricación de bienes 4.0, por ejemplo, robótica, entre otros.
Según un estudio de CIPPEC, la brecha que existe en este rubro no es una cuestión local, sino que afecta al mundo entero: la participación femenina es muchísimo menor que la masculina. En la Argentina, Brasil y México, entre el 31 y el 40% de los egresos de carreras tecnológicas están constituidos por mujeres, pero sólo entre el 19 y el 24% trabajan en eso. Otro dato relevante es que, en nuestro país, solamente el 25% del personal de la industria IT (Information Technology) son mujeres.
La subrepresentación de mujeres en STEM es un problema interseccional que abarca normas sociales y culturales, estereotipos de género y carga desbalanceada de las responsabilidades de cuidado, entre otros. Sabemos que la mera existencia de este tipo de brechas representa una violación a los derechos económicos de las mujeres, y ese es nuestro desafío a revertir.
En nuestro país, solamente el 25% del personal de la industria IT (Information Technology) son mujeres
A pesar de esto, la Economía del Conocimiento implica una gran oportunidad para alcanzar la igualdad de género y la autonomía económica de las mujeres. Hoy en día, emplea a más de 400.000 trabajadores y genera exportaciones por más de 5.800 millones de dólares, lo que la convierte en uno de los principales complejos exportadores. En la Ciudad se concentra el 61% de las empresas tecnológicas del país. Asimismo, el sector tiene actualmente más de 9.000 búsquedas abiertas en puestos con altos salarios. Es por ello imprescindible impulsar la participación de las mujeres en el sector, ya que abre posibilidades de trabajo remoto bien remunerado y sustentable.
En la Secretaría para la Igualdad de Género del GCABA, tenemos como objetivo supremo la autonomía económica y, de hecho, es nuestro eje prioritario a la hora de hablar de igualdad de género y del pleno desarrollo de las capacidades de las mujeres. Por eso articulamos con todas las áreas de Gobierno y actores externos para que todo proyecto, servicio y política pública tengan perspectiva de género.
Un ejemplo de ello es el programa Codo a Codo 4.0, liderado por el Ministerio de
Educación del GCABA. El programa brinda una capacitación de forma gratuita de 4 meses, en los que personas jóvenes y adultas reciben herramientas que facilitan su inserción laboral en el sector Informática, ampliando sus oportunidades laborales de acuerdo con los desafíos que plantea el siglo XXI.
Asimismo, Codo a Codo 4.0 fomenta la participación de las mujeres con el fin de mejorar su empleabilidad. Por ello, se estableció un cupo del 50% de las vacantes para mujeres: sólo en la segunda edición del año están formando más de 2.600 mujeres. Codo a Codo es sólo una de las 30 formaciones gratuitas de que dispone la Ciudad, que tienen como fin fortalecer la vocación en el sector tecnológico de las mujeres en las escuelas y formarlas en el sector de la tecnología y la programación.
Más allá de todo lo expuesto anteriormente, también creemos que las alianzas público-privadas son fundamentales, pero también lo son otras cuestiones de la vida cotidiana. De ahí que desarrollamos el Portal de Igualdad de Género, que unifica en un único lugar toda la información sobre qué está haciendo la Ciudad para las mujeres en materia de trabajo y empleabilidad, y también, cursos y capacitaciones de formación sobre salud, protección social, cuidados y violencia de género.
Aspiramos a una Ciudad Autónoma de Buenos Aires igualitaria, donde el género no sea una limitante para prosperar en el mercado laboral e incluirse en los sectores más dinámicos de la economía, vivir una vida sin violencia y con pleno acceso a la salud, asumir posiciones de liderazgo en los ámbitos público, privado y comunitario, y generar oportunidades a futuro atendiendo las necesidades del presente.
Secretaria para la Igualdad de Género del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires