Publicado el 14/06/17

Ecos de la Jornada de Educación

El martes pasado se llevó a cabo en nuestro Consejo la primera Jornada de Educación, donde importantes panelistas realizaron un análisis de la situación actual y pusieron de manifiesto los cambios que se necesitan para mejorar el sistema educativo nacional.

Entre los expositores sobresalieron Santiago Kovadloff y Guillermo Jaim Etcheverry, quienes se encargaron de realizar la primera y la última presentación en el evento que se desarrolló en el Salón Manuel Belgrano.


Kovadloff hizo hincapié en la desactualización que existe sobre la problemática que enfrenta la educación argentina en estos días. Para el filósofo es importante resolver aquellas cuestiones que quedaron pendientes del siglo pasado para poder avanzar.


Progresar no es resolver problemas solamente, sino descubrir nuevos problemas que solo pueden encontrarse cuando se superan los anteriores. “La Argentina es un país que progresa poco porque tiende a reiterar sus problemáticas y no a renovarlas”, advirtió.


Como ejemplo, consideró que los problemas de federalismo tuvieron que finalizar a principios del siglo XX. “Ahora, que a fines del siglo XX y principios del XXI los sigamos teniendo, no”, aseveró. La educación, desde su punto de vista, no es ajena a la desactualización.


“Si logramos superar los problemas del siglo XIX, que aún están pendientes de solución, es muy probable que podamos ingresar por fin a una problemática nueva, donde seamos capaces de conciliar capacitación y conciencia cívica”, concluyó.


Por su parte, Etcheverry fue terminante al asegurar que “en la Argentina no hay una genuina preocupación por la educación” y basó esta afirmación en lo que denomina la “paradoja de la educación”.


Este concepto se explica en un dato estadístico revelador: el 70% de los padres considera que la educación argentina está regular, mal o muy mal. Sin embargo, también el 70% están satisfechos o muy satisfechos con la educación de sus hijos.

 

La radiografía de la crisis que se enfrenta en el país en materia de educación, según Etcheverry, muestra que la mitad de los alumnos que culmina la educación media no sabe comprender un texto.

 

“Si después de 12 años de escuela, los chicos tienen dificultades para comprender lo que leen, realmente, no podrían encontrar una mejor definición del fracaso de nuestra educación”, disparó.


El rol del docente

Los dos panelistas realizaron un interesante análisis sobre el rol que debe ocupar el docente en la educación en contraposición al grave momento que deben enfrentar los encargados de educar.


Al respecto, Kovadloff afirmó que “un buen profesor es el que transmite la emoción de aprender, no la información” y que en definitiva “la misión primordial de un maestro es transmitir su vocación”.


Sin embargo, afirmó que “en un país donde las dificultades de ganarse la vida mediante la docencia son tantas, es muy difícil que alguien conciba su vocación como un esfuerzo cualitativo de transmisión”.

Un análisis parecido realizó Etcheverry, quien consideró que los maestros ganan poco porque a nadie le importan lo que hacen y la actividad docente no se ve como una actividad profesional apetecible.


“La degradación social de la actividad docente, que lleva a que sea poco reconocida económicamente, está en el centro de este problema que tenemos”, indicó y consideró que nada de esto se resolverá hasta que no cambien la profundidad de la valoración social.


Para solucionar estos problemas es fundamental rejerarquizar la actividad docente. “Hay que volver a hacer que la actividad docente sea una actividad socialmente valorada y para eso tiene que ser valorado lo que el docente hace”, concluyó.


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