La industria argentina, en un momento crucial para desplegar su potencial

Los especialistas en desarrollo industrial Bernardo Kosacoff, Diego Coatz y Fernando Grasso expusieron en nuestro Consejo Profesional sobre el papel de la industria en el desarrollo económico del país,  analizando los desafíos pendientes y el potencial del sector. “Somos profundamente optimistas, valorizamos una industria con un largo proceso evolutivo, con marchas y contramarchas, y con grandes heterogeneidades, pero que tiene potencial para ser uno de los determinantes del desarrollo económico de la Argentina”, sintetizó Kosacoff.


Los autores de Desarrollo Industrial. Recuperación, freno y desafíos para el desarrollo en el siglo XXI, de la colección La Argentina Estructural, de EDICON, el fondo editorial del Consejo, elogiaron la dinámica del sector tras la salida de la Convertibilidad, pero advirtieron acerca de las políticas erradas de los últimos cuatro años, que, junto con el desmejoramiento del escenario internacional, llevaron a un estancamiento de la actividad fabril.


Durante la presentación del libro, de la que participaron los periodistas José del Río, Alejandro Bercovich y Marcelo Zlotogwiazda, los economistas explicaron que el objetivo de la obra es abordar, desde una perspectiva de largo plazo, cómo el cambio de régimen económico en 2002 y su consolidación implicaron una reversión de la tendencia desindustrializadora en el país, y brindar, a partir de ello, propuestas para encarar los desafíos pendientes. 


El libro describe la recuperación industrial y la capacidad del Gobierno, a través de políticas públicas, para administrar las dificultades del sector hasta 2011, etapa a partir de la cual faltó una dinámica que fortaleciera los avances previos. Sin embargo, Kosacoff se manifestó como “profundamente optimista” respecto del desarrollo industrial argentino dada la duplicación del tamaño del mercado interno tras la salida de la Convertibilidad, la mejora patrimonial de las empresas y la inexistencia de una crisis a pesar del estancamiento económico de los últimos cuatro años. “Valorizamos una industria que tiene un largo proceso evolutivo, con sus marchas y contramarchas, y con grandes heterogeneidades, pero que cuenta con potencial para ser uno de los determinantes del desarrollo económico de la Argentina”, sostuvo.


Sin embargo, Kosacoff también señaló que en los últimos años se eligieron “caminos que no han sido los más adecuados para el desarrollo y para la capacidad competitiva industrial” y abogó por la innovación productiva en el marco de una economía abierta. “El desafío es crear más riqueza, y para eso hay que invertir más” y “mejorar notablemente la calidad de la inversión”, afirmó el autor.


Kosacoff advirtió sobre el freno a la industria que generan las dificultades del sector externo. Si bien destacó como positiva la fuerte capacidad de adaptación del país, subrayó que esta debe servir “para una dinámica de cambio estructural y para que haya una verdadera transformación del aparato productivo”, algo que, según explicó, no se dio aún porque “lamentablemente no se pusieron los incentivos adecuados para poder generar este tipo de transformaciones”. Pero, a pesar de esto, el economista se mostró “más optimista que en cualquier otra etapa de la Argentina” en relación con este aspecto.
“No hay destino en la Argentina sin el sector manufacturero”, enfatizó y celebró que el país haya dejado atrás “los fuertes dilemas que lo ataban en el pasado”.

El camino a seguir

El objetivo del breviario es ofrecer al lector una mirada que permita pensar el futuro industrial de la Argentina en el mediano plazo y, para ello, es indispensable identificar dónde conviene concentrar los esfuerzos. En palabras de otro de los autores, Fernando Grasso, el libro busca aportar propuestas, en el marco del proceso histórico del país, “los aspectos en los que hay que seguir transformando la matriz productiva” para avanzar en una etapa de mayor desarrollo. 
Por su parte, Kosacoff consideró que, si bien “el desafío de mejorar la productividad, de cambiar la oferta productiva es enorme”, el país reúne todas las condiciones para recuperar la generación de divisas y afrontar que el desafío de la industria tiene que ser en una economía abierta. El autor abogó por “generar las reglas de juego para producir bienes más completos” y por políticas de Estado “transparentes, que tengan muy buena calidad, que estén totalmente coordinadas, evaluadas”.


En el mismo sentido, Grasso sostuvo que las políticas deben plantearse “a partir de la definición de un proyecto de país”, que tiene que ser discutido y debatido con una mirada a largo plazo. 
Diego Coatz, en tanto, también destacó, durante su exposición, la importancia de las políticas públicas. “Más allá del tipo de cambio, de la macro, de la demanda, no hay magia para estos temas; en el corazón de los procesos de desarrollo como los nuestros, la clave son las políticas de desarrollo, las políticas industriales”, sostuvo, a la vez que llamó a repensar la generación de valor agregado en un mundo donde la disputa por la generación de empleo y de conocimientos es “cada vez más agresiva y difícil”.

 

Kosacoff reiteró que el país, con un mercado doméstico fortificado y un saneamiento financiero, se encuentra en un momento histórico que puede servir de buen punto de partida para forjar el futuro sobre la base de acuerdos colectivos. “Cerrar las brechas que aún existen con los países desarrollados, ante todo, requiere superar definitivamente nuestros propios límites para capitalizar los logros de la etapa actual y dar el salto que nos exige el enorme potencial de la Argentina”, concluyó.